Mitos y Leyendas

       

Una de las leyendas más importantes de la francmasonería atribuye a Hiram Abif, legendario arquitecto del Templo de Salomón en Jerusalén, el origen mítico de la orden masónica. Algunos textos retrotraen el origen de la masonería a épocas de mayor antigüedad, y llegan a considerar como fundadores a distintas figuras bíblicas, como Tubalcaín, Moisés, Noé o el mismísimo Adán. De la antigüedad de esta sociedad, dan fe el Antiguo y el Nuevo Testamento, que se refieren a “los arquitectos” como personas relacionadas con un grupo iniciático. Más realistas, pero todavía en el ámbito de lo mítico o de lo pseudohistórico, diversos autores han atribuido el origen a los constructores de las pirámides en el antiguo Egipto, a los Collegia Fabrorum romanos, a la orden de los templarios, la de los Rosacruces o a los humanistas del Renacimiento.

Se habla de un texto que el príncipe Edwin de Northumberland, sobrino del rey Athelstan, habría dado a estas corporaciones en Inglaterra en el año 926, denominado “Constituciones de York”. Este manuscrito se habría perdido en el siglo XV y habría sido reescrito de memoria por los que lo conocían. Por este motivo, su origen más plausible lo encontramos en la Carta o “Estatutos de Bolonia”, redactado en 1248, el documento masónico original más antiguo que se conoce. Trata de aspectos jurídicos, administrativos y de usos y costumbres del gremio. Le siguen en antigüedad otros documentos, como el “Poema Regius” o “Manuscrito Halliwell” (1390), el “Manuscrito Cooke” (1410), el “Manuscrito de Estrasburgo” (1459), los “Estatutos de Ratisbona “(1459), los de “Estaturos de Schaw” (1598), el “Manuscrito Iñigo Jones” (1607), los “Manuscritos de Absolion” (1668) y el “Sloane” (1700). Todos estos manuscritos se refieren a la masonería «operativa» o gremial, de la que especifican sobre todo las reglas del «oficio», y los historiadores suelen referirse a ellas en un sentido genérico como “constituciones góticas”. (https://lincolnalayo.lamula.pe/2017/06/09/300-anos-de-la-masoneria-moderna/lincolnalayo/)

Muerte de Hiram Abif

Entre 1050 y 1350, y al calor del fervor religioso de las Cruzadas, se construyeron alrededor de mil edificaciones en Francia, entre las cuales destacan unas noventa catedrales. La masonería, el gremio, creció; permanecía cerrado en sí mismo, se llamaban entre sí hermanos y no dejaban entrar a nadie ajeno.

Pero llegó el momento en el que se dejaron de construir catedrales. El gremio empezó a decaer. Llegamos así al verdadero origen de la masonería, fuera de cualquier especulación.

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