Logia Mare Loix al O.·. de Benidorm

MARE LOIX, el signo distintivo de nuestra Logia, hace referencia al lugar de su constitución y al elemento que ha hecho progresar el Oriente donde se ubica, Benidorm.

Benidorm y el mar: antaño fue la profesión de sus habitantes la pesca; hoy es el turismo gracias a sus playas; un proceso físico y social, pasos que la han convertido en un referente mundialmente conocido.

El Rincón de Loix de Benidorm es el barrio más extenso de la ciudad, el más cosmopolita y donde se concentra el mayor número de edificaciones de gran altura.

Pero debe su nombre a la dudosa fragancia que emanaban las artes de la almadraba: “oix” significa asco en valenciano, y hace referencia al lugar en el que los pescadores de Benidorm evisceraban los atunes que capturaban.

La almadraba, que en Benidorm permanecía nueve meses calada, se extendía desde la punta de la Llisera hasta la casa del “Ti Nadal”, es una complicada forma de pesca que se lleva a cabo en dos temporadas: la almadraba de derecho, en la que los atunes van hacia el Mediterráneo en el mes de mayo, y la almadraba de revés, cuando regresan hacia el Atlántico entre julio y septiembre.

Recordemos que con los despojos el atún los romanos fabricaban lo que para ellos era un tesoro inestimable, el Garum, resultante de la maceración hasta su transformación en un líquido pútrido, producto de la mezcla en salmuera de las vísceras del atún con hinojo, cilantro, eneldo, menta, apio, aceitunas y vino, que removidos con frecuencia al sol durante ocho días, quedaba en una mezcla convertida en un fluido lentecido, que tras filtrarse, producía un compuesto totalmente esterilizado, agridulce, salado y umami (alimento particularmente delicioso).

El Garum era un tesoro inestimable procedente del despojo del atún; por tanto, para nosotros encierra un gran valor esotérico la palabra “LOIX”, como símbolo de toda una cultura milenaria en torno al atún, pesca que se practicó, como así está documentado, en Benidorm desde el Siglo XIV hasta mediados del Siglo XX.

El Mar, el Ricón de Loix y nuestra Logia que levantará sus columnas pronto, ¡Ya es hora! nunca hubo una en Benidorm.

Historia de la Almadraba de Benidorm (inspirada en histobenidorm.blogspot.com)

Parece ser que la primera referencia escrita a la pesaca en Benidorm, es un documento del 2 de marzo de 1405, que indica que estaba prohibido pescar con “exàrcies de tonnayres en los mars dels lochs nostres de Exàbea, Calp, Altea e Benidorm”, pero se permite pescar en aguas de Benidorm durante los meses de marzo, abril y mayo en el tramo comprendido entre la casa de la Sal y la cala de n’Aguiló (actual cala de Finestrat), la zona que los “atalladors” podían vigilar.

Los Duques de Gandía, que también eran señores de Benidorm, consiguieron de Felipe II el privilegio, para sí y sus descendientes, de “la peysca de les tonyines en els mars del present Regne”, es decir del reino de Valencia. La condición era pagar a la Regia Corte medio diezmo de todos los atunes, reservándose también el tercio diezmo de la Iglesia.

En 1580, se caló una almadraba en Benidorm, cuyo problema grave era la inseguridad por el constante peligro de los piratas berberiscos. La almadraba de Benidorm fue atacada por los turcos el 1581. Fueron probablemente los pescadores de atunes, primero con tonaires y luego con almadraba, los que en el siglo XVI se instalaron en el recinto amurallado de Benidorm durante la temporada de pesca. Lo mantuvieron como lugar habitado durante los meses de la temporada pesquera porque el lugar había sido abandonado por sus habitantes y el municipio había sido absorbido por Polop como mínimo desde 1510.

El ingenio de los almadraberos de Benidorm y la protección de la Corona hizo que tuviera una rápida evolución. Felipe III concedió a su valido Francisco Gómez de Sandoval-Rojas (duque de Lerma), que también era marqués de Denia, el privilegio de explotar las diecisiete almadrabas del Reino de Valencia, figurando entre ellas la de Benidorm. A través de esta familia, a fines del siglo XVII, pasarían a la casa de Medinaceli.

Existe otra referencia a la almadraba en la toma de posesión del señorío de Benidorm por el procurador de Beatriu Fajardo de Mendoza.

En 1666 Benidorm fue repoblada por Beatriz Fajardo mediante su Carta Puebla. A lo largo de ese siglo la almadraba de Benidorm se convirtió en una de las más importantes del Reino de Valencia.

En 1783 se escribía sobre Benidorm: “Lo que le hace célebre y conocido en todo el reyno es su almadraba, en que se cogen muchos atunes”. Y poco después, en 1785 Josef Castelló reforzaba este concepto: “se coge crecido número de atunes particularmente en las almadrabas de Denia y Benidorme”.

Benidorm había adquirido una indiscutible reputación como la localidad más experta en el arte de la almadraba, tanto que la casa de Medina-Sidonia tenía contratados almadraberos de Benidorm para sus almadrabas del sur de la Península.

En la obra “Relaciones geograficas, topograficas e historicas del Reino de Valencia” del año 1775, se dice: “A poca distancia, siguiendo la costa de Levante, se entra en la playa de Benidorm, muy arenosa, y a una milla de su Cierzo está la población y castillo de Benidorm, (…)  y siguiendo la playa arenosa hasta el rincón nombrado de Oix, en cuya inmediación y sitio se planta almadrava, de avenida para la pesca de atún y otros pescados que en ella se cogen, la que pertenece por privilegio a la Casa de Medinaceli.”

Se armaba a primeros de febrero y duraba hasta el 15 ó 20 de junio. Trabajaban de 38 a 40 hombres dirigidos por el arraix y el sotarraix, que tenían como salario el 7% del producto de la pesca indicando que si el año era malo los marineros no cobraban nada, habiéndose de conformar con el pan y el vino que les daban cada día.

En 1795 un 14% de la población trabajaba directamente en la almadraba, sin computar la que se dedicaba a labores de cordelería, redes y mantenimiento.

En 1803, el libro “Cuadro de Valencia“, dice que : “El instinto migratorio de los atunes ha llevado a la invención de las almadrabas, en cuya disposición son nuestros expertos pescadores de Benidorm auténticos maestros: ponen un cerco de grandes redes que se suele hacer a unas doscientas brazas de la costa, hecha con las mejores y más fuertes redes de esparto. Una red estrecha se extiende desde la orilla hasta la entrada de la almadraba y se fuerza a los atunes a entrar en ella por medio de barcas estacionadas, cebos, etc.
Así entran, hasta que finalmente se los ha aprisionado por completo en la última cámara, la llamada cámara de la muerte, que también tiene el fondo cubierto con redes resistentes y se los mata con habilidad de un golpe de manera que puedan aprovechar su propio impulso para saltar al barco.

En los siglos XIX y XX en el Rincón de Loix no se caló una verdadera almadraba sino una “almadrabilla”. De cualquier modo, estas redes eran de esparto, y algunas de cáñamo. La partida del Amerador nos indica el lugar donde el cáñamo se ponía a macerar en una especie de balsa o poza, y se encontraba muy próxima al Rincón de Loix.

En 1870 hay varias licitaciones para la “madraveta” de Benidorm. A finales del siglo XIX la almadraba seguía siendo una fuente importante de ingresos para Benidorm. En el siglo XIX, cuando las Cortes de Cádiz abolieron los privilegios señoriales, la titularidad de las artes pasó a los gremios y cofradías de pescadores.

En el siglo XX continuaba en la punta de la Llisera, descubriendo la casa del “Ti Nadal”. La jornada comenzaba a las cinco de la mañana cuando los “almadravers” salían del almacén del Rincón de Loix. Durante la guerra civil la almadraba de Benidorm fue incautada, en octubre de 1936, por orden del Presidente de la República. La UGT se hizo cargo de ella y el nuevo reparto de los beneficios permitió que este sindicato pudiese prestar dinero al ayuntamiento para las obras de conducción del agua potable desde la Font de Carreres, en Liriet, hasta cuatro fuentes instaladas en el casco urbano.
Al finalizar el conflicto el régimen franquista ordenó que todas las almadrabas fueran devueltas a sus antiguos propietarios.

El final de la almadraba de Benidorm fue el día de San Pedro de 1952 cuando, según mandaba la tradición, se puso “el cóp en terra”, pero esta vez nunca más volvería a calarse. La verdadera causa de la desaparición de la almadraba de Benidorm fue su baja rentabilidad por la disminución de capturas.

Se invirtió en el desarrollo turístico de la localidad porque algunos almadraberos, que en la década de 1960 veían acercarse el declive de su actividad tradicional, decidieron crear hoteles, un negocio que se presagiaba rentable. Así surgieron los hoteles Agir, Aguazul, Atún, Joya, Mistral, Tanit, etc.

A lo largo de los siglos esta actividad ha dado trabajo y sustento a un sector numérica y socialmente importante de sus habitantes, bien trabajando directamente en ella o bien en actividades auxiliares. En la toponimia de Benidorm han quedado nombres que nos recuerdan esa actividad: el edificio Almadraba en el Rincón de Loix, construido sobre el solar del almacén de la antigua almadraba; la cala del mismo nombre; la playa de la Chanca o Xanca, que nos recuerda que allí estaba la “chanca” o almacén donde se troceaba y salaba el atún; la calle del Pal, o lugar donde se elaboraban el cáñamo y el esparto para las cordelerías que necesitaban las redes y cuerdas de las almadrabas…

Al fondo, el Rincón de Loix

 

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