Rito Adonhiramita

De las numerosas controversias que surgieron desde mediados hasta casi el final del siglo XVIII en el continente europeo, y especialmente en Francia, la más importante fue la que se relacionó en torno a la persona y el carácter del Constructor del Templo del rey Salomón. De ahí derivaron la invención de nuevos Grados y el establecimiento de nuevos ritos.

Esta era la teoría general de los masones ingleses de los primeros tiempos, como ahora: que Hiram Abif, el hijo de la viuda, había sido enviado al rey Salomón por el Rey de Tiro.

Es la enunciada como históricamente correcta en la primera edición del Libro de Constituciones de Anderson, publicado en 1723 y así ha continuado desde entonces, siendo la opinión general y, por tanto, la ortodoxa.

Pero cuando surgió la controversia no acaeció en cuanto al hombre, sino a su denominación adecuada: parece ser que como consecuencia de la habilidad que había demostrado en la construcción del Templo, Hiram recibió el honorable afijo de Adon, que significa Señor o Maestro, de donde su nombre devino en Adonhiram.

Había, sin embargo, en el Templo otro Adoniram, que estaba a cargo de los tributos en la casa de David. Siete años después, ejerce el mismo cargo en la casa de Salomón; y todavía ocupaba el mismo puesto en la casa del rey Roboam.

Las leyendas y tradiciones de la Masonería que conectan a este Adoniram con el templo de Jerusalén se apoya en el pasaje del Primer Libro de los Reyes (v,14), donde se dice que Salomón cobró una tasa de treinta mil trabajadores de entre los Israelitas; que envió estos en cursos de diez mil por mes para trabajar en el monte Líbano, y que puso a Adoniram sobre ellos como su superintendente.

Dibujo de Pierre Méjanel

Los creadores de rituales de Francia, que no debían ser eruditos hebreos, ni estar bien versados ​​en Historia bíblica, pudieron haber confundido a estos dos personajes: Hiram el Constructor, enviado desde la corte del Rey de Tiro, con Adoniram, oficial en la corte del rey Salomón. Este error se extendió y facilitó que el nombre de Aden Hiram, o el Señor Hiram, llegara hasta nuestros días.

Así, hacia el año 1744, Louis Travenol publicó en París, bajo el nombre de Leonard Gabanon, una obra titulada “Catéchisme des Francs Maçons, ou Le Secret des Maçons”, en el que dice:

“Además de los cedros del Líbano, Hiram hizo un regalo mucho más valioso a Salomón, en la persona de Adonhiram, de su propia raza, hijo de una viuda de la tribu de Neftalí. Su padre, que se llamaba Hur, era un excelente arquitecto y trabajador de los metales. Salomón conociendo sus virtudes, su mérito y sus talentos, lo distinguió con el más eminente cargo, confiándole la construcción del Templo y la superintendencia de todos los obreros”.

Parece evidente que el autor del catecismo confundió a Hiram Abif con Adoniram, suponiendo ser una y la misma persona. A pesar de este error, el catecismo se hizo popular y así surgió el primer cisma o error en relación a la Leyenda del tercer grado.

En otra exposición en inglés publicada en 1766, Adoniram toma el lugar de Hiram, gracias a una traducción de otro francés, por cave argumentar que los masones ingleses alguna vez mantuvieran este punto de vista.

Así que los Adoniramitas, y uno de sus ritualistas más destacados, Guillemain de Saint Victor, en su “Recueil Précieux de la Maçonnerie Adonhiramite”, propone su teoría así:

“Según la Septuaginta, la traducción más antigua de las Escrituras hebreas, los dos libros de Samuel se llaman Primero y Segundo de Reyes, Josefo y todos los escritores secretos dicen lo mismo, sin duda lo distinguen de Hiram el tirio, el trabajador de los metales. De modo que es a Adonhiram a quien estamos obligados a honrar”.

Obras de Mackey

Por lo tanto, en el siglo XVIII, desde aproximadamente la mitad hasta cerca del final de la misma, tres escuelas de ritualistas masónicas estaban divididas en la identidad del Constructor del Templo:

  1. Los que suponían que era Hiram, hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, a quien el rey de Tiro había enviado al rey Salomón, y a quien designaron como Hiram Abif. Esta fue la escuela original y más popular.
  2. Aquellos que creían que a este Hiram que salió de Tiro, Salomón le había otorgado el apelativo de Adon, Señor o Maestro, llamándolo Adonhiram. Como esta teoría no estaba sostenida por la historia de las Escrituras o la tradición masónica anterior, nunca llegó a ser prominente o popular, y pronto dejó de existir, aunque el error en el que se basa se repite a intervalos en algunos ritualistas franceses modernos.
  3. Aquellos que trataban a este Hiram, el hijo de la viuda, como subordinado y personaje sin importancia, ignorándolo totalmente en su ritual, mientas afirmaban que Adoram, o Adoniram, o Adonhiram, el recaudador de tributos y superintendente de la tasa en el monte Líbano, era el verdadero arquitecto del Templo.

Esta escuela, rechazó todo compromiso con los ortodoxos, asumiendo una teoría totalmente independiente; así se produjo, por un tiempo, este prominente cisma en la Masonería.

Sus discípulos concedieron a los creyentes en Hiram Abif el nombre de masones hiramitas, adoptado como su propio distintivo denominación de los adonhiramitas, y habiendo desarrollado el sistema que practicaban en un rito peculiar, llamado Francmasonería Adonhiramita.

Grabado de la Colección de la Masonería Adonhiramita

Parece ser que el Rito Adonhiramita fue creado en 1738. En 1744 se publica el “Catéchisme des Francs-Masons” de Louis Antoine Travenol, quien usó el seudónimo de abad Leonard Gabanon; este fue reformado por Louis Theodore Henri Tschoudy (Barón de Tschoudy), con la participación activa de Jean Baptiste Thomas Pirlet; y una segunda reforma la llevó a cabo Louis Guillemain Saint-Victor.

El desarrollo de un sistema establecido del Rito de la Masonería Adonhiramita es debido a Louis Guillemain, quien publicó en París, en el año 1781, “Recueil Precieux de la Maçonnerie Adonhiramite”. Como este volumen contenía sólo el ritual de los primeros cuatro grados, en 1785 editó otro, en se refirió a los grados superiores del Rito.

Este trabajo proporciona el único relato auténtico que perdura de la organización de la Sistema adonhiramita, que constaba de doce grados.

Los diez primeros están ocupados con las transacciones del primer Templo; el undécimo con asuntos relacionados con la construcción del segundo templo; y el duodécimo con el simbolismo cristiano de la Masonería, relacionado con la Rosa Cruz.

Todos los grados fueron tomados de los Antiguos y Aceptados del Rito escocés, con ligeras modificaciones.

Cabe destacar que la obra se publicó tras la muerte del barón de Tshoudy y Louis Travenol. Tschoudy en vida pidió que las obras masónicas que creó o reformó nunca se publicaran; Saint-Victor lo ignoró. El conde Saint-Gelaire introdujo en Francia en 1757 la Orden de los Caballeros Noaquita o Prusianos en la línea del Capítulo de Clemont, y libró una batalla legal contra San-Victor por plagiar su obra, sin cambiar nada, introduciendo en el “Recueil Précieux de la Maçonnerie Adonhiramite” como último grado (grado 13) de su obra.

También habría plagiado el Rito de Adopción, o Rito para Damas.

Los grados del Rito Adonhiramita tenían correlación con el Zodíaco, pero tras la publicación de Guilleman de una traducción de los “Caballeros Noaquite”, se convirtiereron en 13.

Tschoudy no aceptó la leyenda de HIRAM imperante, abandona el Capítulo y en 1762 forma “El Consejo del Emperador de Oriente”, cuyo presidente será Pirlet, quien le encarga redactar los rituales del Capítulo, que ordena en 15 grados (crea el Rito de Cavaleiro de Santo André), síntesis filosófica, que pide que nunca se publique, quedando como Arcano del Capítulo. Tras su muerte el 28 de mayo de 1769, el Capítulo publicó el San Andrés con varios rituales que reformuló en la Comisión, entre ellos el Kadosch, que sólo fue aceptado en la jerarquía masónica tras su reformulación, obteniendo el Grado 30 de los escoceses antiguos y aceptados, (Santo André en el grado 29).

Esta reforma se expandió por toda Europa y, a través de Portugal, y la Masonería Adonhiramita llegó regularmente a Brasil el 15 de noviembre de 1815, con la fundación de la Logia Comércio e Artes, que comenzó a reunir a los líderes políticos más importantes de la época, bajo los auspicios de la Gran Oriente lusitano.

El 30/03/1818, D. João VI, a raíz de la solicitud de los cinco Regentes del Reino de Portugal, decreta el cierre de las Logias Masónicas en Brasil y Portugal por su implicación en la Revolución de Pernambuco de 1817, y del Gran Maestre de Portugal Gomes Freire en la Revolución Portuguesa.

Cuando la Familia Real regresa a Portugal en 1821, la Logia Comércio e Artes “del Siglo de Oro” se reinstala en el Rito Adonhiramita.

Con las logias Esperança de Niterói y União e Tranquilidade, compone un trípode inicial, que se rompería en 1822, para fundar el Grande Oriente Brasília. Las tres unidas como Gran Oriente, decidieron incluir el Rito Moderno en la Constitución del gran Oriente de Brasil para facilitar el reconocimiento de Inglaterra, desvinculándose así del Gran Oriente de Portugal. Siguieron trabajando en el Rito Adonhiramita hasta su clausura el 21 de octubre de 1821, por orden del Gran Maestre Pedro I.

El Rito Adonhiramita fue prácticamente abandonado en el Gran Oriente de Brasil revitalizándose en 1833, cuando hubo una disidencia liderada por Joaquim Saldanha Marinho, quien creó el Grande Oriente do Vale dos Beneditinos, que le dio gran importancia al Rito Adonhiramita, y llegó a tener más logias que el Grande Oriente do Brasil.

En 1929, se impuso la Orientación del Congreso de Lausana de 1875, que sugirió la separación de los Grados Filosóficos de los Simbólicos y fundó la Gran Logia, tomando una Patente del Consejo Supremo de Montezuma, dejando en irregularidad al Consejo Supremo del Gran Oriente de Brasil.

Las Logias Simbólicas creadas por su anterior maestre, Mário Bhering, se volvieron irregulares por la fórmula del Congreso de Lausana: el simbolismo no debía interferir en lo filosófico y viceversa.

Se organizó el Gran Capítulo del Rito y a partir de 1953, pasando a denominarse “Capítulo Muy Poderoso y Sublime de los Caballeros Noaquitas para Brasil”, y continuó fundando Logias, que dos o tres años después pasaron a ser escocesas por la atracción del 33º.

En 1973, decidieron hacer un gran cambio en la estructura administrativa y en la graduación del Rito, que solo se estaba utilizando en Brasil. El Sublime Gran Capítulo pasó a llamarse “EXCELENTE CONSEJO DE MASONERÍA ADONHIRAMITA”, el Gran Inspector Aylton de Menezes asumió el título de Gran Patriarca Regente y los altos grados se incrementaron de 13 a 33 como en el REAA.

Cuando la Masonería Adonhiramita del Gran Oriente de Brasil cambió, de 13 grados a 33 grados, había 33 logias en funcionamiento. 30 años después, tenían 221.

Según una corriente histórica fuertemente adoptada por la Institución del Rito Adonhiramita, la Masonería se originó en las antiguas fraternidades iniciáticas de Egipto, de las que recibió la tradición simbólica que mantiene intacta para transmitirla a sus Iniciados.

Había una orden filosófica en Oriente llamada “Sociedad Ormuz” fundada por este Sacerdote y Serafín de Alejandría, también conocido como el Sabio de Menfis, convertido por San Marcos alrededor del 43 DC.

Después de convertir a sus seguidores, modificado la doctrina de los egipcios según los principios del cristianismo, profesaron una mezcla de doctrinas egipcias y cristianas, denominándose a sí mismos “Sabios de la Luz”. Llenos de alegorías y misterios, portaban un emblema, una Cruz Roja. Los Sabios de la Luz serían los únicos repositorios de la sabiduría egipcia, purificada por el cristianismo, reunidos en una escuela llamada “De la ciencia de Salomón” de origen esenio-judío.

Alrededor de 1187-1188, después de que Saladino tomara Jerusalén, los discípulos de esa antigua escuela fundaron la Orden de los Caballeros del Este en Europa, donde enseñaron las ciencias superiores. Basada en corrientes literarias, sus huellas se encuentran en 1196. Dicen que Raymond Lulle le perteneció y fue quien inició al hijo de Enrique III, rey de Inglaterra.

El término masones adonhiramitas debería haberse aplicado realmente a la segunda escuela descrita anteriormente, cuyos discípulos admitieron que Hiram Abif fue el arquitecto.

Pero, ¿quién supuso que Salomón le había otorgado el prefijo Adon como una marca de honor, llamándolo Adonhiram?

BIBLIOGRAFÍA:

Mackey, Albert Gallatin, 1807-1881: An Encyclopaedia of Freemasonry and its Kindred Sciences: Comprising the Whole Range of Arts, Sciences and Literature As Connected With the Institution (new and revised edition, with addendum and self-pronouncing dictionary; Philadelphia: L. H. Everts and Co., 1894)

Pierre-gerard Vassal. Curso Completo De Maçonaria: história geral da iniciação. Madras, 2018

 

 

© COPYRIGHT 2020 Outsiders Arts. Todos los derechos reservados.