El recipiendiario tendrá que hacer determinados gestos, pronunciar determinadas palabras o fórmulas y mantener ciertas actitudes.
Se trata de “gestos eficaces”, de gestos rituales que deben ser realizados con todo el rigor y precisión necesarios. La organización iniciática deberá asegurarse de que el candidato es sincero y no pueda romper la armonía de la Logia.
La lógica se queda corta y la experiencia nos arrastra a un universo diferente, donde hasta el momento nos estaba vedado penetrar, y donde cesamos de orientarnos tan pronto damos el primer paso dentro del Taller.
Nuestra primera promesa o “juramento” lo hacemos “sin saber leer ni escribir”- alguien podría hoy añadir que “por imperativo ritual”- expresando así la sinceridad de nuestro propósito de aprender en fraternidad, y de lealtad.
El juramento o promesa es una prueba de confianza y el candidato ha de medir las cualidades que necesita para cumplirlo y la responsabilidad que el mismo entraña. Si lo violara estaría perdido, se hundiría en el mar del deshonor y muerte sin ser sentido, ni llorado.
Cuenta Hiparco (190 ac) que en su tiempo la vergüenza y desgracia que acompañaba a la violación de un juramento era tan fuerte que el perjuro se sumía en tal ataque de locura y desesperación, que se cortaba el cuello con sus propias manos, y su memoria era tan aborrecida después, que el cuerpo abandonado en la isla de Samos, no tenía otra tumba que la arena del mar.
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El juramento encierra un modelo de perfección, con un método que es en sí un educador; y es también la manera de calibrar el carácter y el alma.
Parece ser que por la composición de la palabra obligación – lig – quiere decir vínculo, lazo o estar atado entre sí, y el prefijo de la palabra – ob – significa moverse hacia o actuar hacia, podemos deducir el sentido de que algo se mueve o actúa hacia la vinculación de algo juntos.
Masónicamente la Obligación tiene un sentido bidireccional por atar cosas o personas juntas. Es un instrumento sutil que avanza hacia la unión del candidato a la Logia.
El recipiendario jura o promete nunca revelar ninguna parte o partes, punto o puntos, de los secretos y misterios de, o pertenecientes a la Masonería, que han sido, serán ahora, o pueden ser en el futuro comunicados.
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Promete mantener una práctica de la que aún no sabe nada. Descubrirá más tarde que la ceremonia y juramentos realizados que parecen una actuación o un simulacro, tienen trascendencia interior.
No sólo se vincula a sí mismo con una institución, sino también con los miembros de su Taller con fraternidad y lealtad, en lugar de con una causa
Aunque, el verdadero compromiso es el que lleva adelante el iniciando, siendo sincero consigo mismo en la búsqueda del propio perfeccionamiento.