El recipiendiario tendrá que hacer determinados gestos, pronunciar determinadas palabras o fórmulas y mantener ciertas actitudes.

Se trata de “gestos eficaces”, de gestos rituales que deben ser realizados con todo el rigor y precisión necesarios. La organización iniciática deberá asegurarse de que el candidato es sincero y no pueda romper la armonía de la Logia.

La lógica se queda corta y la experiencia nos arrastra a un universo diferente, donde hasta el momento nos estaba vedado penetrar, y donde cesamos de orientarnos tan pronto damos el primer paso dentro del Taller.

Nuestra primera promesa o “juramento” lo hacemos “sin saber leer ni escribir”- alguien podría hoy añadir que “por imperativo ritual”- expresando así la sinceridad de nuestro propósito de aprender en fraternidad, y de lealtad.

El juramento o promesa es una prueba de confianza y el candidato ha de medir las cualidades que necesita para cumplirlo y la responsabilidad que el mismo entraña.  Si lo violara estaría perdido, se hundiría en el mar del deshonor y muerte sin ser sentido, ni llorado.

Cuenta Hiparco (190 ac) que en su tiempo la vergüenza y desgracia que acompañaba a la violación de un juramento era tan fuerte que el perjuro se sumía en tal ataque de locura y desesperación, que se cortaba el cuello con sus propias manos, y su memoria era tan aborrecida después, que el cuerpo abandonado en la isla de Samos, no tenía otra tumba que la arena del mar.

Hipparchus, Ancient Greek astronomer, 2nd century BC (c1880). Artist’s reconstruction of Hipparchus (c190-c127 BC) at work RM | HEZ-1153746 © Ann Ronan Pictures Heritage Image

El juramento encierra un modelo de perfección, con un método que es en sí un educador; y es también la manera de calibrar el carácter y el alma.

Parece ser que por la composición de la palabra obligación – lig – quiere decir vínculo, lazo o estar atado entre sí, y el prefijo de la palabra – ob – significa moverse hacia o actuar hacia, podemos deducir el sentido de que algo se mueve o actúa hacia la vinculación de algo juntos.

Masónicamente la Obligación tiene un sentido bidireccional por atar cosas o personas juntas. Es un instrumento sutil que avanza hacia la unión del candidato a la Logia.

El recipiendario jura o promete nunca revelar ninguna parte o partes, punto o puntos, de los secretos y misterios de, o pertenecientes a la Masonería, que han sido, serán ahora, o pueden ser en el futuro comunicados.

Ilustración: Ángel Pantoja

Promete mantener una práctica de la que aún no sabe nada. Descubrirá más tarde que la ceremonia y juramentos realizados que parecen una actuación o un simulacro, tienen trascendencia interior.

No sólo se vincula a sí mismo con una institución, sino también con los miembros de su Taller con fraternidad y lealtad, en lugar de con una causa

Aunque, el verdadero compromiso es el que lleva adelante el iniciando, siendo sincero consigo mismo en la búsqueda del propio perfeccionamiento.