Lo mítico: el conocimiento más allá de lo narrado

A lo largo de la historia, mitos y símbolos fueron perdiendo su poder transformador.

Imagen: Paul Henri – Pixabay

La Francmasonería los regeneró, gracias al paso por la Institución de grandes almas con acceso a la experiencia del conocimiento de la realidad subyacente.

Las irrupciones de lo espiritual en nuestras experiencias conscientes son en sí mismas simbólicas y como infinito encarnado en lo finito, son trascendentales, sublimes, infinitamente evocadores y muy enigmáticas, por lo que requieren interpretación.

El mito es necesario en el estudio de las ideas, por este motivo, la Francmasonería ayuda a aclarar significados a través de herramientas, procurando que lo espiritual adquiera forma concreta y quede unido a lo material. Es el viaje que realizamos con un símbolo trascendental, una inmanencia del mundo propio (lo que vivimos en la experiencia accesible a la razón), hasta llegar a nuestro inconsciente. El símbolo -que es instantáneo-, se colma de un significado sugerente, importante y con capacidad de transformación.

Nuestra Fraternidad, provista de símbolos y de un sistema esotérico, los comunica y también los explica contando historias; el mito pasa a convertirse en la narración del símbolo.

Georg Friedrich Creuzer descubrió la relación del símbolo con la narración. La influencia de su teoría del símbolo trascendental y concreto, informa las teorías psicológicas de Karl Jung. Más adelante, Joseph Campbell y su monomito (viaje del héroe) de inspiración junguiana ocupará un lugar enormemente influyente en la cultura popular.

“Se ha olvidado cuál es la función del ritual: lanzarte lejos”. Joseph Campbell

© COPYRIGHT 2020 Outsiders Arts. Todos los derechos reservados.